Siempre he pensado que el dibujo es la base -el esqueleto- de una pintura. Pero también creo que una vez dominado, hay que olvidarlo; quiero decir que no sea algo que nos quite libertad para sugerir. Si se tiene seguridad en el dibujo, es fácil encajar lo necesario y rechazar lo superfluo que nada aporta a la pintura.
En estos dibujos, algunos están simplemente sugeridos para centrar la atención en lo que me interesa, y otros tienen un mayor acabado para fijar la atención en la totalidad del dibujo.
